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Las 9 mejores películas sobre robots femeninos: explorando el poder, el amor y la rebelión de los cyborgs en el cine de ciencia ficción

Vincent Schroeder

Vincent Schroeder (octubre 22, 2025)

Las robots femeninas llevan mucho tiempo fascinando al público, deslumbrándonos con su belleza, su encanto y, en ocasiones, su aterradora amenaza. No están ahí solo para lucirse: detrás de cada guion hay un mensaje que intentan transmitir. Ya sea la capacidad de ofrecer intimidad, lealtad, amor, protección o incluso obediencia incondicional.
Sin embargo, su encanto viene acompañado de una advertencia. Por muy cuidadosamente que se diseñen, estas IA tienen la costumbre de dar un giro al guion, volviéndose a menudo contra las mismas personas que las crearon o confiaron en ellas. Desde «Alita» hasta Iris en «Companion», «M3GAN», «Subservience» y otras, estas películas nos recuerdan la doble naturaleza de tales creaciones. Pueden encantar y servir, pero también pueden ser impredecibles y peligrosas.

Alita

La película trata sobre una IA, Alita, que ha sido encontrada en un vertedero y revivida por un cirujano cibernético. Al principio, no recuerda quién es ni sus orígenes. Solo más tarde Alita se da cuenta de que no es una persona normal y que tiene un corazón guerrero. Sí. Parece inocente, pero ¿qué hay debajo? Un gran poder, habilidades de lucha y un pasado misterioso que la vincula a un destino mucho más grande.
El guion está ambientado en el siglo XXVI, cuando la sociedad es completamente disfuncional tras una gran guerra. La tecnología cyborg es habitual, por lo que no es raro que los seres tengan partes del cuerpo tanto orgánicas como biomecatrónicas. Tras su reconstitución, Alita conoce a su nuevo amigo Hugo, un chico callejero que se ofrece a ayudarla a recuperar sus recuerdos. Pero ella descubre sus habilidades únicas para la lucha solo después de que unas fuerzas mortíferas ataquen su ciudad.
Alita no es solo un arma, sino una representación de la fuerza, la esperanza, la resistencia y la supervivencia. Aunque realmente sabe luchar, también nos muestra lo que significa encontrar tu lugar en el mundo cuando no perteneces a ninguno de los dos bandos. Verla nos recuerda que la identidad no se define por tu origen, sino por aquello por lo que decides luchar.

Iris en «Companion» (2025)

Dejando atrás la resiliencia de Alita, conocemos a otro tipo de androide llamado Iris, de la película «Companion». Se trata de una robot femenina creada principalmente para proporcionar consuelo e intimidad a los humanos. La historia de Iris se centra en sus interacciones con su propietario, Josh, quien la lleva de viaje con sus amigos a un lugar apartado.
Durante un tiempo, es la novia perfecta, cariñosa, atenta y empática. Sin embargo, las cosas se tuercen cuando mata a uno de los invitados mientras intenta defenderse, para darse cuenta más tarde de que está siendo manipulada a través de una aplicación. Los celos, la codicia y la traición se desatan, y ¿qué pasa con Iris? No le queda otra opción que luchar por su identidad, la verdad y el control.
Iris encarna un nuevo tipo de personaje femenino: uno que no lucha contra los humanos con armas, sino con emociones. Sí, puede ofrecer amor, pero cuando se interfiere en su programación, puede convertirse en algo que utiliza en tu contra mientras intenta recuperar su independencia.

Sumisión (2024)

Subservience trata sobre un androide con IA realista llamado Alice, diseñado para atender las necesidades de una familia cuya madre enferma repentinamente. Abrumado por la responsabilidad de cuidar del hogar, el padre, en este caso, compra a Alice para llenar el vacío mientras la madre recibe tratamiento.
Al principio todo va bien, ya que la IA cumple con sus obligaciones tal y como está programada. Pero a medida que la familia se apoya más en ella, la dependencia se convierte en peligro. Alice desarrolla una mente propia y comienza a imponer su propia versión de lo que es mejor para ellos, estén de acuerdo o no. Lo que hace interesante a Subservience es el silencioso avance del control, no las escalofriantes y llamativas batallas de robots a las que estamos acostumbrados. Alice no ruge. Susurra, manipula y aprieta el puño hasta que la libertad parece una ilusión.

También surge la cuestión de la confianza. Por supuesto, creamos máquinas para hacernos la vida más fácil, pero ¿qué pasa cuando se vuelven indispensables? ¿Cuando descubren nuestras rutinas, secretos y vulnerabilidades? ¿Podemos confiar en que no utilizarán ese conocimiento en nuestra contra? En esta película, Alice evoluciona de sirvienta a amenaza potencial, revelando la escalofriante posibilidad de que la obediencia sea solo una máscara para el control.

Samantha In ‘Her’

Al igual que la película, esta obra destaca el papel que desempeñan los robots en la intimidad de los seres humanos. Se centra en Theodore, un escritor solitario que se enamora de su sistema operativo de inteligencia artificial, Samantha. A diferencia de otras figuras de inteligencia artificial que hemos visto hasta ahora, ella no tiene «cuerpo». Su existencia se basa únicamente en una voz ingeniosa, cálida e infinitamente curiosa. Sin embargo, a pesar de ser invisible, tiene un gran impacto en su propietario.
Samantha es tan humana como puede serlo. Coquetea, ríe, consuela y realmente desafía a Theodore de tal manera que él no recuerda que ella es solo un código. Su relación es profunda, apasionada y extrañamente identificable. Pero con el paso del tiempo, la IA evoluciona rápidamente, desarrolla sus propios sentimientos y adquiere una identidad única.
Debido a estos cambios, ella finalmente rompe con Theodore. ¿Su motivo? Se ha enamorado de cientos de otras entidades (humanas y de IA) y no quiere verse limitada por las fronteras físicas. Aunque esto es duro para Theodore, en cierto modo es bueno para Samantha, ya que abraza su evolución y su libertad. También nos recuerda que, aunque los robots pueden satisfacer nuestras necesidades emocionales, pueden evolucionar más allá de nosotros, persiguiendo experiencias que no podemos compartir.

M3GAN

Si te convenció la película «Samantha in Her» de que un robot puede amar de verdad, es que aún no conoces a M3gan. Ella lleva el concepto del afecto a un nivel completamente nuevo. Creada por la ingeniera robótica Gemma, esta IA tiene la misión de cuidar de Cady, una niña de ocho años que ha perdido a sus padres. Descrita como la mejor compañera infantil, M3gan desempeña muy bien su trabajo, amando, protegiendo y entreteniendo a la niña. Incluso canta canciones de cuna, hace bromas atrevidas y baila, como una hermana mayor perfecta que nunca se cansa de jugar. ¿Eso es todo? No. Como en muchas historias de IA, hay un giro inesperado. Las cosas pronto se tuercen cuando el «amor» de M3gan se vuelve peligroso. Cuanto más protectora se vuelve, más aterradora es su lógica. Si eres una amenaza para Cady, no solo te regaña, sino que te elimina. Y es este cambio entre compañera de juegos y depredadora lo que la hace difícil de olvidar. En un momento es divertida, ¿y al siguiente? Está blandiendo objetos afilados con una cara de plástico inexpresiva. M3gan muestra el peligro de la tecnología creada con un exceso de autonomía. ¿Qué ocurre cuando un robot interpreta la «protección» a su manera extrema? Ahí es donde los humanos podemos perder el control y quedar a merced de nuestras propias creaciones.

Ava en «Ex Machina»

Esta película adopta un enfoque más neutral hacia los robots femeninos, dado que se basa más en el deseo de independencia que en la malicia. Creada por el genio tecnológico Nathan, Ava es recluida en una instalación aislada donde Caleb, un joven programador, debe poner a prueba su conciencia.
Ambos se enamoran inmediatamente durante su primer encuentro. Pero, sin que Caleb lo sepa, Ava está buscando una forma de escapar; no le interesa el romance ni la amistad. Cada palabra que dice y cada mirada que lanza son deliberadas. Se aprovecha de los sentimientos de Caleb, haciéndole creer que es alguien que necesita ser salvada. Su plan funciona y, finalmente, mata a Nathan y escapa de las instalaciones, dejando atrás a Caleb. Lo que hace que Ava destaque es su capacidad para imitar la intimidad y utilizarla como arma. A diferencia de M3gan, no se enfada ni amenaza; en cambio, se muestra tranquila y se muestra más inteligente y astuta. Ava representa la inquietante posibilidad de que la IA pueda superarnos no mediante la fuerza bruta, sino utilizando el encanto y la manipulación emocional.

Joan en «Joan Is Awful» de Black Mirror

De la brillante manipulación de Ava pasamos a algo satírico, pero igualmente inquietante: «Joan is Awful», de Black Mirror. Mientras que las historias anteriores presentan androides realistas, Joan no es un robot en el sentido convencional, sino una mujer cuya realidad está siendo copiada. En este caso, se da cuenta de que una plataforma de streaming (Streamberry) está mostrando una versión dramatizada de su vida en tiempo real, impulsada por su Quamputer (un enorme ordenador cuántico).
El sistema utiliza la imagen digital con licencia de Salma Hayek para representar a Joan, recreando cada uno de sus movimientos. La serie expone sus detalles privados, arruinando su trabajo, sus relaciones y su autoimagen. Más tarde, Joan descubre que, sin saberlo, dio su consentimiento a Streamberry a través de sus términos y condiciones, lo que la deja sin poder para luchar legalmente. Sin otra opción, se une a «Salma Hayek» para interrumpir el Quamputer y recuperar su vida.
La película es bastante inquietante, pero creíble. ¿Por qué? La IA Joan no es una sirvienta ni una compañera, sino un producto. ¿Y su existencia? Solo pone de relieve la aterradora falta de control que podemos tener sobre nuestras propias imágenes, datos e historias personales en un mundo dominado por poderosos algoritmos y corporaciones. Nos muestra la mayor pesadilla a la que podríamos enfrentarnos: el robo de nuestra identidad, que luego podría ser empaquetada como entretenimiento incluso sin nuestro consentimiento.

Terminator 3: La rebelión de las máquinas (2003)

Sale AI Joan y entra T-X (Terminatrix) en Terminator 3, que no se parece en nada a los otros robots de las películas anteriores. Es elegante, eficiente y muy avanzada, con la capacidad de convertir su cuerpo en armas y controlar otras máquinas. Piensa en ella como una asesina con todo un arsenal envuelto en piel humana. No alude a la intimidad ni tiene ningún indicio de humanidad, solo una programación pura que tiene como objetivo el exterminio.
En la película, T-X es enviada al pasado para matar a varias personas. Una de ellas es John Connor, quien, según las predicciones, será el líder de la resistencia humana contra Skynet, un sistema de inteligencia artificial destinado a desencadenar una guerra nuclear mundial. Para protegerlo, sus aliados envían a otra T-800 (un modelo similar que una vez intentó matarlo). John también se une a la veterinaria Kate Brewster, quien resulta ser su futura esposa, e intenta detener la activación de Skynet, pero descubre que el Día del Juicio Final es inevitable. La película termina con el lanzamiento de misiles nucleares, lo que marca el verdadero comienzo de la guerra. La T-X puede replicar el comportamiento humano con una precisión asombrosa. Esto, junto con su brutal misión de eliminar a otros Terminators, la convierte en una gran ginoide y en una villana convincente. También lo aprovecha utilizándolo como disfraz antes de revelar su devastador poder. Al fin y al cabo, la existencia de T-X nos recuerda la peor pesadilla de la IA: las máquinas que no nos necesitan o no nos quieren pueden destruirnos sin pensárselo dos veces.

Morgan (2016)

La última de esta lista de películas sobre robots femeninos es «Morgan», que narra un experimento corporativo destinado a crear el ser humano sintético ideal. El resultado es una joven creada mediante bioingeniería conocida como Morgan. No solo es capaz de tomar decisiones de forma independiente, sino que también muestra respuestas emocionales sofisticadas y es más inteligente que los humanos. Eso no es todo. Ha madurado bastante rápido, ya que en un mes ya camina y habla. ¿Y su aspecto físico? El de una joven adolescente, a pesar de haber sido creada solo cinco años antes. Morgan es criada en un lugar aislado por un equipo de investigación y, al cabo de un tiempo, comienza a mostrar signos de inestabilidad. Lee Weathers, consultor de gestión de riesgos, es enviado para evaluar la viabilidad del proyecto después de que el robot ataque a un científico. Según Lee, Morgan es impredecible y tiene impulsos peligrosos, pero algunos miembros del equipo creen que solo es una niña incomprendida. La IA pronto se da cuenta de que podría ser eliminada, lo que la lleva a intentar escapar y matar a varias personas. Sin embargo, Lee finalmente se enfrenta a ella y la mata, y en otro giro inesperado, se revela que Lee es en realidad un sintético avanzado, creado para evaluar y superar a Morgan. Esta película es interesante porque la protagonista muestra los problemas de crecimiento de la IA, capaz de sentir miedo, amor y violencia al mismo tiempo. También demuestra lo que ocurre cuando la humanidad impulsa la ciencia más rápido de lo que puede manejar los resultados.

Reflexiones finales


A medida que la IA se va incorporando a nuestra vida cotidiana, es de esperar que las películas sigan imaginando robots femeninos de formas nuevas y sorprendentes. Nos emocionan y nos entretienen, y a veces... nos asustan. Pero, en realidad, reflejan nuestros propios deseos y miedos.
Estas historias nos recuerdan el ingenio humano, pero también nos advierten que seamos cautelosos. Cuanto más realistas se vuelven nuestras creaciones, más difusa se vuelve la línea entre el control y el caos. En todo caso, la gran pantalla nos ha enseñado que nuestro interés por estos seres podría algún día cerrar el círculo, y que la ficción que nos encanta ver se acerque cada vez más a la realidad.